28 de marzo de 2014

Hay preguntas que rosan el ridiculo

-Traes droga
-Si
Sorprendido por la respuesta, aunque hubiera sido el quien formulara una pregunta como esa, lo normal hubiera sido que respondiera, como todos lo hacían, con un no -¿¡como!? Pero...pero eso no se puede-trato de decir pero se la trababan las palabras -sáquela
La chica, obedeciendo la orden dada, vació la pequeña mochila que llevaba a la espalda, saco su celular, un juego de llaves, unos pañuelos y un libro grueso, cuando sacaba este ultimo dijo -Aquí lo tiene
El miro el contenido de la mochila confundido, pensó que el libro podría estar ahuecado, lo levanto cuidadosamente, lo abrió, paso la páginas hasta el final pero no descubrió nada raro, miro a la chica y pregunto -¿y la droga?
-En sus manos
El se vio ambas manos y solo encontró el libro que había ya revisado -¿esto?- pregunto -es solo un libro, ya lo revise. 
-Exactamente es un libro, y es mi droga
-No me hagas perder el tiempo-dijo, dándose cuenta de que había sido una perdida de tiempo
-no lo estoy, solo respondo sinceramente y hago como me manda
-esto es un simple libro y me decís que es droga, para mi es una perdida de tiempo
-Es que es adictivo, la droga es adictiva
-Si pero también es algo que ingresa en el cuerpo
-Bueno, esto ingresa por los ojos y afecta directamente al cerebro
-Si esta bien pero...
-Te transporta a lugares desconocidos, te hace ver cosas increíbles que no están allí
-Esta bien, pero esto no cuenta como a lo que me refería, mejor salí de mi vista

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