20 de noviembre de 2012

Disputa.

Dos espadas entrechocándose en combate, se escucha el ruido de metal contra metal, son marido y mujer luchando por elegir quien lava los platos de esa noche. 
Cansados ya de tanto discutir, a uno se le ocurre una idea: -¡que nuestro hijo lave!-

Estos nuevos vampiros...

Una noche, dos vampiros, uno muerto y otro vivo, cada uno con un humano inconsciente en sus brazos, bebiendo de ellos. 
Vampiro vivo:(lagriméandose) no quiero seguir así, soy un monstruo, un ser despreciable...
Vampiro muerto: dejá de llorar y terminá a tu humano. 
Vv: no puedo -bebe un poco- soy horrible, no merezco vivir.
Vm: pues mátate.
Vv: espera un poco que este humano está muy rico (vuelve a beber).

La Momia.

Una momia sentada,tranquila, los ojos cerrados ¿pero cómo llegó hasta acá, a un salón de bellezas? todos los niños se acercan a su alrededor, esperando ansiosos que la momia, ese conjunto de papel, baba y cuerpo escuálido, se despierte, pero no parece que pueda hacerlo sola, así que me acerco, un poquito más, ya casi. En su cachete, un poco de papel se desprende, perfecto, tiro un poco, un poquito más, un pocote menos. Abre los ojos, se ve enojada, nos hace una pasada a todos con su mirada, grita, y luego , sacándome del brazo, me deja afuera diciendo:-ya hablaremos de esto en casa, ahora déjame terminar-.
Soy niño muerto. 

En casa, mamá me castigará por interrumpir su tratamiento de belleza.