24 de marzo de 2014
Luna.
Era una noche clara, de esas en la que las que no llegas a ver el resplandor de las estrellas pero son perfectas para una luna nueva se luzca, precisamente esa era la luna de esa noche y tan hermosa se veía que no hubiera sido extraño verla decorando los cuellos de las más elegantes señoras, pero ninguna de esa señoras la hubiera lucido tan bien como el cielo de esa misma noche.
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